Ingredientes (4 personas):
- 300 gr. de garbanzos
- 150 gr. de queso fresco
- 100 gr. de rúcula
- 24 aceitunas negras (sin hueso)
- 2 rabanitos
- 1 tomate (pequeño)
- 1 puerro
- 50 gr. de sésamo (sin tostar)
- agua
- aceite de oliva virgen extra
- vinagre
- sal
- 1 cucharadita de comino en polvo
- 1 cucharadita de pimentón en polvo
Elaboración:
Pon los garbanzos a remojo de víspera. Pon agua a calentar en la olla. Cuando empiece a hervir, agrega los garbanzos y una pizca de sal. Limpia el puerro, córtalo por la mitad y añádelo. Tapa la olla y cuece los garbanzos durante 20 minutos (desde que comience a salir el vapor).
Coloca los garbanzos escurridos en un bol. Espolvorea el conjunto con un poco de pimentón y un poco de comino en polvo. Vierte un chorrito de aceite, sazona. Agrega las aceitunas y el queso cortado en dados. Mezcla bien. Deja que repose todo el conjunto durante 10 minutos.
Corta los rabanitos en daditos y colócalos en un bol. Pela el tomate, pícalo en daditos y mézclalo con los rabanitos. Vierte un chorrito de aceite, otro de vinagre y una pizca de sal.
Tuesta el sésamo en una sartén sin nada de aceite. Pon la rúcula en el fondo del plato, sazona y coloca encima la mezcla de garbanzos, aceitunas y queso. Pon alrededor la vinagreta de rabanito y tomate y espolvorea el conjunto con el sésamo tostado.
Consejo:
Puedes comprar el sésamo tostado pero si de verdad quieres que desprenda todo su sabor y aroma, sería muy conveniente tostarlo en el momento en el que lo vayas a usar.
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